ODECU y Consumidores Asociados, con el apoyo técnico de SETRAM (Seguridad en Transporte y Minería), han evaluado las tecnologías e infraestructura con que cuenta el transporte público para garantizar la accesibilidad a personas con movilidad reducida; es decir, que poseen temporal o permanentemente limitada su capacidad de moverse sin ayuda externa.
Para ello, se utilizó la metodología de cliente oculto- de personas de la tercera edad, en silla de ruedas y madres con coches- encuestas de satisfacción con nota de 1 a 7, y evaluación de observadores técnicos. Este último en base a manuales de diseño internacionales, dado que en Chile no existe una norma que fije los estándares de infraestructura para los paraderos.
El estudio de ODECU, de 2015, realizado en la Región Metropolitana, contempló las 27 estaciones de la Línea 1 del Metro y buses del eje Alameda entre Plaza Italia y General Velásquez. Los principales resultados fueron que la infraestructura y tecnologías de acceso a los paraderos de bus cumplen de manera “suficiente”, misma calificación tuvo la calidad de servicio de la línea 1 del Metro, con una nota promedio general de 4,8.
Por otro lado, en las calificaciones basadas en las experiencias de los usuarios ningún ítem consiguió una nota superior a 4. La encuesta de satisfacción aplicada a 200 usuarios de Metro y buses de Transantiago promedió un “insuficiente” con 2,8.
Las evaluaciones realizadas por los clientes ocultos son aún más alarmantes, siendo la calificación de la persona en silla de ruedas la más baja, con un 1,7 de promedio. En tanto la madre con bebé en choche promedió un 3,2, y la persona de la tercera edad un 3,3.
Los resultados revelaron, además, que un 34% de las 71 paradas del Transantiago evaluadas y un 46% de las 27 estaciones de Metro Línea 1 resultaron inaccesibles para personas con movilidad reducida.
Por su parte, el estudio realizado por Consumidores Asociados de Rancagua en 2016 arrojó una nota 3, como promedio general, a la accesibilidad de las personas con movilidad reducida en el transporte público; incluyendo microbuses urbanos, colectivos, buses interurbanos y servicio de ferrocarril a Santiago.
La experiencia de la persona en silla de ruedas fue la peor evaluada, con nota 1 en todos los criterios estudiados. La segunda peor nota fue la de la madre con coche de bebé con un 2,8. Se repite la nota 1 en aspectos relacionados con: ingreso, mantención, salida, parada de buses e información al usuario. Mientras que la mejor experiencia entre los clientes ocultos fue la del adulto mayor con un 4,2.
Sólo en la encuesta general a usuarios la nota subió a un 4,3, siendo la accesibilidad al ingreso, interior y salida de los buses urbanos e interurbanos los ítems peor evaluados, con calificaciones entre un 3,1 y un 3,9.
Para ambas organizaciones, la situación que viven los usuarios con movilidad reducida en el transporte público “va en contra de los derechos del consumidor, por lo que es necesario que el Ministerio de Transportes y los operadores de Transantiago incorporen mecanismos de seguridad y accesibilidad en toda la flota, además de incorporar un plan de mantención y fiscalización efectiva de éstos”.
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